Con el sugerente título de “Erotismo Urbano”, este proyecto se adentra en la fotografía en un mundo onírico donde los objetos urbanos se transforman en elementos eróticos, más bien cercanos a la pornografía visual. La investigación sobre la percepción, concentrada en su entorno más inmediato -el espacio donde trascurre su vida diaria, -las luces de una calle, una iglesia, unas redes, un puerto- es captada por la cámara y reconstruida en visiones metafóricas con elevada carga erótica. Elementos sencillos, quietos y limpios aparecen dotados de una estética cercana al erotismo.
Los elementos fálicos, los pezones, la vagina, los cuerpos turgentes y sensuales se aparecen entre el espacio y la arquitectura hasta conseguir construcciones mudas e intemporales, reducidas a su estructura más básica y elemental, abarcando nuevos significados metafóricos y artísticos. Son formas en las cuales es imposible distinguir la situación en las que se encuentran, pero que logran trasmitir esa cualidad espiritual entre realidad, forma onírico-erótica y eternidad inherente a la arquitectura. Se trata de fotografiar el pensamiento sin caer en la banalidad a pesar de su tono sensual. En ellas, el objeto fotografiado en blanco y negro se destaca con una gran nitidez sobre unos fondos neutros y se impone con pureza, como en otros de sus trabajos, hasta el extremo de que aquí se destaca el erotismo como manera de interpretar la realidad y la calidez.
Quizás nos acercamos a ciertas alegorías sensuales minimalistas, cuyas curvas y fálicos elementos nos muestran una sexualidad más potente que un simple desnudo. La energía queda sugerida por los juegos de luces y sombras y una atención a la composición, relacionando arquitectura y erotismo a modo de alegoría visual.