Formas arquitectónicas firmes en el espacio, donde el tiempo se detiene para mostrarnos unas estructuras fijas pero llenas de vida y, en muchos casos, de movimiento. Porque la fotografía es eso, la captación del tiempo en movimiento y su detención en un momento determinado para su eternidad. Es un juego con el espacio y la arquitectura hasta conseguir estructuras silenciosas, intemporales, reducidas a su estructura más básica y elemental, susceptibles de crear nuevos significados metafóricos y artísticos. De concebir nuevos espacios a través de la mirada donde es imposible distinguir si se crean o se destruyen, pero que logran transmitir una cualidad de eternidad inherente a la estructura arquitectónica.
Todo ello es el resultado de una visión muy particular con el que se ha buscado sugerir, sobre todo, unas sensaciones muy especiales.En ocasiones los espacios arquitectónicos, a través de su composición, son reducidos a líneas sencillas ausentes de color, donde resaltan las transiciones entre el blanco y el negro. Construcciones, de perfectas proporciones geométricas, que se basan únicamente en la relación entre el detalle de los edificios y el cielo, nítido y brillante. En ellos se eliminan todos los elementos extraños que los envuelven y nos permiten concentrarnos en la esencia más pura de la arquitectura.