Aprovechando las luces de la Navidad en Madrid, en la búsqueda de ir mas allá de capturar lo evidente y aproximar la mirada hacia las formas; mostrar el microcosmos que cada una de las estructuras nos revelaba con sus luces, y como el sensor de la cámara sacaba tajada de ello.
Esta colección pretende dar visibilidad a la luz como materia prima esencial. Sin ella no hay forma de ver nada. Cada una de estas imágenes propone varios escenarios posibles dentro de un mismo universo. Al igual que el Hubble, la cámara recoge la luz y nos desvela unas formas y un orden que podría ser equiparable al de nuestro firmamento. Unas estructuras, donde el medio, en este caso la cámara, le otorgan armonía y equilibrio.
La descontextualización de este escenario bien se podría realizar con una selección de las más bellas galaxias descubiertas hasta la fecha.
Una belleza artificial, pero no artificiosa. Lugares y momentos mágicos, donde la multitud se mezcla con el polvo cósmico para envolverlo todo en una abstracción imperecedera. Una fusión donde la humanidad vuelve a su materia primigenia.