La arquitectura y el paisaje urbano son el enfoque principal de estas obras. La fuerza de las angulosidades, las luces y las sombras, sobre todo usando el blanco y negro que realza las formas y desplazan el tema a un segundo plano.
Es interesante lo que se ve, pero también aquello que obviamos o nos es difícil de percibir por el ojo humano. Hay que otorgar importancia a lo que muchas veces pasa desapercibido, descubriendo nuevas formas en aspectos que a simple vista puedan parecer triviales, simples y sin importancia.
Un juego con los volúmenes, las sombras y las texturas, entendidas como huellas del paisaje o de las creaciones del hombre. Entre los objetos y las sombras existe un diálogo que se intenta captar en las obras.
En definitiva, “Nada es lo que parece» cuando la luz y las sombras se dan en unos escenarios que dependiendo la hora del día va cambiando.